Las historias son medicina. Tienen ese poder. No requieren que hagamos, seamos o actuemos nada, sólo necesitamos escuchar. Los remedios para reparar o reclamar cualquier impulso psíquico están contenidos en las historias. Las historias generan excitación, tristeza, preguntas, anhelos y comprensiones que espontáneamente traen el arquetipo de nuevo a la superficie.
Aliento a las personas a hacer su propia labor de minería buscando historias, pues los nudillos raspados, dormir en el suelo frío, andar a tientas en la oscuridad y las aventuras del camino lo valen todo. Debe haber un poco de sangre derramada en cada historia, si es que ésta habrá de llevar medicina.
Clarissa Pinkola Estés
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1 comentario:
«no soy un hombre que sabe. he sido un hombre que busca y lo soy aún... comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí». hermann hesse, demian.
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