PAPISAS

A Sibila

Algo en ella nunca será tocado. Esto constituye su encanto, su poder y su peligro.

Hombre que olfatea a su mujer

Yo estoy construido con los colmillos
de la serpiente
y el aullido del loboy el brillo del pez
y la astucia del tigre
y la potencia del toro
Yo soy un relincho salvaje
de los dioses
y un corazón de cordero
de donde mana sangre roja y caliente
Yo soy ese hombre que atraviesa
la ciudad para mirarte a los ojos
y oler tu piel y respirar profundamente
y meterse dentro de ti
hasta tocar tus huesos
y decirte
esto es todo lo que puedo hacer

Pedro Juan Gutiérrez

EN LA BOCA DEL LOBO

Algunos de mis amigos mejores
los más honrados y honestos
se suicidaron
No resistieron la avalancha
Algunas de mis mujeres
las más dulces y suaves
ahora son ácidas y corrosivas
Estoy en la boca del lobo
y no sé qué hacer
intento ganar tiempo
Será el instinto de conservación
El fantasma de Kavafis
Los influjos de la luna
Escucho los cantos gregorianos
en el crepúsculo
con un vaso de ron en la mano
y un tabaco
y miro al mar
El asco y la mierda se disuelven
en la luz dorada
Y mi mujer
que limpia la casa
alejada de todo
me dice no bebas solo
prepárame un trago
ponle limón y miel de abeja.

Pedro Juan Guitiérrez

NOSTALGIAS

Entonces yo era un tipo perseguido por las nostalgias. Siempre lo había sido y no sabía cómo desprenderme de las nostalgias para vivir tranquilamente. Aún no he aprendido. Y sospecho que nunca aprenderé. Pero al menos ya sé algo valioso: es imposible desprenderme de las nostalgias porque es imposible desprenderse de la memoria. Es imposible desprenderse de lo que se ha amado. Todo eso irá siempre con uno. Uno siempre anhelará tanto rehacer lo bueno de la vida como olvidar y destruir la memoria de lo malo. Borrar las perversidades que hemos cometido, deshacer el recuerdo de las personas que nos han dañado, quitar las tristezas y las épocas de infelicidad. Es totalmente humano, entonces, ser un nostálgico y la única solución es aprender a convivir con la nostalgia. Tal vez, para suerte nuestra, la nostalgia puede transformarse de algo depresivo y triste, en una pequeña chispa que nos dispare a lo nuevo, a entregarnos a otro amor, a otra ciudad, a otro tiempo, que tal vez sea mejor o peor, no importa, pero será distinto. Y eso es lo que todos buscamos cada día: no desperdiciar en soledad nuestra vida, encontrar a alguien, entregarnos un poco, evitar la rutina, disfrutar nuestro pedazo de la fiesta.

Pedro Juan Gutiérrez, Aplastado por la mierda