YO NO SÉ

Yo no sé
si además
si todavía
si para siempre
viviré de punta
subiendo sin arraigar
con los pies en el río
recorriendo arenas
algas
cicatrices.
Yo no sé
si ahora
que tengo un flanco entibiecido
cubierto por tu respaldo
seguiré siendo así
puro vapor disuelto
pura nube de golpe
puro amor disponible
para el cielo
el aire
las estrellas.
Yo no sé
de mí no sé
cuando el sol avanza
dando brincos
yo no puedo
pero levántame
así seré siempre
pero espérame

HUGO GOLA (Santa Fe, 1927)
Al libro que incluía esta poesía lo extravié. La recuerdo así, pero quizás le haya cambiado algunas cosas

Diarios, JOHN CHEEVER

Cuando la autodestrucción entra en el corazón, al principio parece apenas un grano de arena. Es como una jaqueca, una indigestión leve, un dedo infectado; pero pierdes el de las 8:20 y llegas tarde para solicitar un aumento del crédito. El viejo amigo con quien vas a comer de repente agota tu paciencia y para mostrarte amable te tomas tres copas, pero el día ya ha perdido forma, sentido y significado. Para recuperar cierta intencionalidad y belleza bebes demasiado en las reuniones, te propasas con la mujer de otro y acabas por cometer una tontería obscena y a la mañana siguiente desearías estar muerto. Pero cuando tratas de repasar el camino que te ha conducido a este abismo, sólo encuentras el grano de arena.