La gacela que tú heriste
vino a morir bajo los tamarindos
cerca del redil donde mis esclavas
lavan sus ropas.
La encontramos al atardecer
de regreso a nuestras tiendas.
Aun estaban suaves sus miembros,
y sus párpadosno cubrían totalmente
sus largos ojos tristes.
En el asta de la lanza
clavado en su flanco
reconocí tu marca.
¿Seré yo como la gacela?
Respóndeme, por Dios, oh tú,
cuya mirada
ha herido mi corazón.
Antología de poesía primitiva
CANTO ESQUIMAL
Anoche soñé contigo:
caminabas sobre los guijarros
de la playa
conmigo.
Soñé contigo
como si estuviera despierto.
Yo te seguía a ti
bella
como una foca joven.
Te quería como el cazador
desea ardientemente a la foca joven
que se sumerge, sintiéndose perseguida.
Así sucedía
conmigo.
Antología de poesía primitiva
caminabas sobre los guijarros
de la playa
conmigo.
Soñé contigo
como si estuviera despierto.
Yo te seguía a ti
bella
como una foca joven.
Te quería como el cazador
desea ardientemente a la foca joven
que se sumerge, sintiéndose perseguida.
Así sucedía
conmigo.
Antología de poesía primitiva
EPIGRAMAS II
Tomarse con los brazos el uno al otro,
dándose cada uno a los brazos del otro.
Qué diferente sentirte dentro de uno
que sentirse uno solo dentro de uno
es decir, vacío.
¿Será que es soledad tu abrazo
y tus besos sólo sed?
Me parece oírte que de mí no te sacias nunca.
Yo que fui antes buen catador de amarguras.
E. Cardenal
dándose cada uno a los brazos del otro.
Qué diferente sentirte dentro de uno
que sentirse uno solo dentro de uno
es decir, vacío.
¿Será que es soledad tu abrazo
y tus besos sólo sed?
Me parece oírte que de mí no te sacias nunca.
Yo que fui antes buen catador de amarguras.
E. Cardenal
EPIGRAMAS
Tú eres sola
entre las multitudes
como son sola
la luna
Y sólo el sol
en el cielo
ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde
que entré
igual que si hubieras
estado sola
en un estadio vacío
E. Cardenal
entre las multitudes
como son sola
la luna
Y sólo el sol
en el cielo
ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde
que entré
igual que si hubieras
estado sola
en un estadio vacío
E. Cardenal
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